miércoles, 26 de octubre de 2022

Teatro en el cementerio. Con todo respeto.

 Este país y este pueblo, de amplia tradición con los muertos, se escandaliza de que se vaya a un cementerio a leer unos poemas de Shakespeare, Zorrilla, Gustavo Adolfo Becquer o Jorge Manrique que le dedicó unas coplas a su padre cuando murió.

“Recuerde el alma dormida

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida

cómo se viene la muerte,

tan callando;

cuán presto se va el placer,

cómo, después de acordado,

da dolor;

cómo, a nuestro parecer,

cualquier tiempo pasado,

fue mejor.”

Así comienza ese escrito del palentino poeta castellano que como pueden ver ofende enormemente la sensibilidad de quien pueda estar visitando el cementerio burrianense.

También se podría escuchar la rima LXXIII de Gustavo Adolfo Becquer que entre otras muchas cosas dice lo siguiente:

“De la casa, en hombros,

Llevaronla al templo

Y en una capilla

Dejaron el féretro.

Allí rodearon

Sus pálidos restos

De amarillas velas

Y de paños negros.”

Incluso, si elegimos escritos de otros países se podría escuchar aquello de “Ser o no ser “ del Hamlet del escritor británico William Shakespeare, Todo muy ofensivo para quien pueda visitar el cementerio burrianense.

Como podemos ver son todo textos literarios muy ofensivos para las estrechas miras de los visitantes del Camposanto. Sin embargo nadie se escandaliza de que en un teatro se representen bodrios de obras de teatro o de que en una iglesia se realicen conciertos de corales, de orquestas sinfónicas o de bandas de música. Creo que no es lo que se interpreta, es el respeto de lo que en cada lugar se hace.

Es indudable que en el cementerio no se va a realizar un desfile de modelos, un concierto de rock radical y ni siquiera una concentración de Harley’s, se va a rendir culto a algo que todos tenemos muy in mente como pueda ser la muerte y que ha impregnado nuestra historia de grandes monumentos funerarios, grandes interpretaciones teatrales, composiciones musicales y literarias y gran cantidad de cuadros y esculturas que forman parte de nuestra historia y de la iconografía cristiana.

Ahora, los de siempre, alentados por los de siempre y en contra de los mismos, se alzan como salvadores patrios de no sé qué historias de ofensas a quienes jamás se va a pretender ofender que no son otros que nuestros propios antecesores, sean o no familiares.

Sobre la muerte hay hermosas obras poéticas, teatrales y artísticas que con todo el respeto del mundo pueden interpretarse en cualquier lugar, incluidos los propios cementerios y por ello no hay que rasgarse las vestiduras al fin y al cabo “somos polvo y en polvo nos convertiremos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario