Hace unos días Teo
cumplió años y sus padres quisieron invitar a sus amigos, los de Teo, y sus
familiares a una pequeña fiesta conmemorativa y entonces al “cumpleañero” se le
ocurrió que podrían ir todos juntos al Museo de Ciencias de Onda, cosa que a
sus padres no les pareció mal.
Teo había estado
meses antes, durante el verano, en el Museo y le encantó. A su padre, que en
aquel momento le acompañaba no le pareció mal, dado que le había traído muchos
recuerdos de su infancia y vio que al niño también le gustó.
Así es que prepararon
la fiesta. Avisaron a sus amiguitos para que el 28 de diciembre, aprovechando
el parón escolar de Navidad, todos juntos viajaran hasta Onda para visitar el
Museo y, de esta forma celebrar su “cumple”.
Desde diferentes
puntos de la provincia de Valencia salieron para estar a las once en el punto
de encuentro. Y, más o menos, todos fueron puntuales. A las once en la puerta
del Museo. Los primeros en llegar fueron Teo, su hermanita y sus padres los
cuales recibieron a sus amigos y, momentos después entraban a conocer las
instalaciones.
A Teo se le veía
contentísimo. Sus padres, abuelos, tíos, primos y amigos lo felicitaron y
comenzaron una visita guiada con preguntas continuas, y un interés por saber y
aprender que resplandecía en esos pequeños rostros de pícaros angelitos.
Entraron en el aula
donde preguntaron constantemente y vieron unos vídeos sobre mariposas y la
evolución del interior de un huevo hasta nacer el pollito. Todos estaban
atentos y tras ello, como era una visita de carácter familiar, padres e hijos emprendieron
una aventura conjunta para rellenar un cuestionario que favoreciera lo que se
denomina la “conciliación familiar”, vamos, como cuando ponen deberes a los
niños en el cole y los trabajan conjuntamente. Todos sacaron buena nota y
tuvieron su recompensa.
Tras finalizar la
visita llegó el momento de la partida y de disfrutar del campo en el Paraje del
ermitorio de El Salvador. El sol lucía y la jornada se preveía muy agradable y
cuando todos salieron Teo se dirigió a mí y me entregó un pequeño regalo
acompañado de un gran regalo que había dibujado para mí, dándome las gracias
por la jornada que les había dedicado y fue entonces cuando todo se desplomó al
ver el gesto de este niño que, sin ningún motivo, tuvo ese gran gesto que
siempre se quedará para conmigo.
Seguro que si sigue
así, será una gran persona. Muchas felicidades Teo
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